El “Informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción” detalla por ejemplo que, 6 de cada 10 mujeres se ubicaron en los estratos bajos (deciles del 1 al 4), cuando en el caso de los varones dicha proporción resulta de 4 sobre cada 10.
El informe precisa en cuanto a la brecha de ingresos que, las mujeres perciben ingresos que, en promedio, son un 28,1% menores que los de los varones, lo que significa una reducción de 1,4 puntos porcentuales con respecto al mismo trimestre de 2021. Esta brecha se amplía al 34,6% en el caso del empleo asalariado informal (sin descuento jubilatorio), mientras que se reduce al 23,9% en el caso del empleo asalariado registrado.
Además desde el Observatorio advirtieron que “la desigualdad de género es un factor principal de la feminización de la pobreza en Argentina”. De esta manera y si se considera la distribución de ingresos, las mujeres están sobrerrepresentadas en los deciles de menores ingresos. En ese sentido, se observa que 6 de cada 10 mujeres se ubican en los estratos bajos (deciles del 1 al 4), cuando en el caso de los varones dicha proporción resulta de 4 de cada 10. Además, si tomamos el decil de menores ingresos observamos que está compuesto casi en un 64% por mujeres, mientras que en cambio ellas son minoría en el decil de mayores ingresos (36%).
Ocupación, desocupación y subocupación
En cuanto a la Tasa de Actividad, es decir la participación de hombres y mujeres en el mundo laboral para la población de 14 años y más es del 51,7% para las mujeres y del 70,1% para los varones. Esto significa que las mujeres participan menos en el mundo laboral, con una brecha de 18,4 puntos porcentuales. La misma se redujo 2,3 puntos porcentuales con respecto al mismo trimestre del año anterior. Mientras que la Tasa de Desocupación invierte el sentido, siendo del 7,8% para las mujeres, mientras que para los varones es del 6,1%, con una brecha de 1,7 puntos porcentuales. Esto significa un aumento en la brecha de 0,3 puntos porcentuales con respecto al mismo período de 2021. De esta manera, es mayor la proporción de mujeres que no tienen trabajo y lo están buscando activamente con respecto a sus pares varones, lo que muestra que ellas enfrentan mayores dificultades para conseguir un trabajo remunerado.
La tasa de subocupación horaria es de 13,3% para las mujeres, 3,9 puntos superior a la de los varones, que se ubica en el 9,4%. Esta brecha se incrementó 0,6 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2021. De este modo, las mujeres no solo enfrentan mayores dificultades para conseguir trabajo, sino también para trabajar una jornada completa.
Informalidad laboral
El Informe revela también que la tasa de informalidad es del 39,3% en las mujeres y del 36,6% en los varones, con una brecha de 2,7 puntos porcentuales. La citada brecha es 0,9 puntos porcentuales menor a la registrada en el segundo trimestre de 2021. Esto nos indica que la incidencia de formas de trabajo no registrado en las relaciones asalariadas es mayor en las mujeres que en los varones. Es decir, las mujeres están más expuestas a trabajos precarios sin acceso a la seguridad social (aportes jubilatorios, obra social, entre otros) ni al resto de sus derechos laborales.
Techos y paredes de cristal
En tanto, las mujeres enfrentan mayores obstáculos para acceder a puestos de dirección y de toma de decisiones en el mundo del trabajo, el empleo y la producción, fenómeno conocido como segregación vertical o “techo de cristal”. Solo el 5,1% de las mujeres ocupadas acceden a cargos de dirección o jefatura, mientras que el 8,4% de los varones ocupan ese tipo de cargos.
Al analizar la composición de la ocupación según rama de actividad, observamos que existe una marcada segregación horizontal, fenómeno también conocido como “paredes de cristal”. Las mujeres son mayoría en los sectores de servicio doméstico (97,2%), salud (72,3%) y educación (71,5%), actividades que se encuentran socialmente asociadas a trabajos de cuidado. De hecho, casi 4 de cada 10 mujeres ocupadas se insertan en alguno de estos tres sectores. Por el contrario, los varones son mayoría en los sectores de la industria (64,5%), transporte (85,8%) o construcción (96,8%).
Trabajos de cuidados no remunerados
La tasa de actividad para personas de entre 25 y 60 años que son jefes/as de hogar y cónyuges se reduce notoriamente en las mujeres a medida que aumenta la cantidad de personas menores de 10 años en el hogar, mientras que se incrementa en el caso de los varones, reflejando el fenómeno de la desigual distribución del trabajo de cuidados no remunerado.
En este marco, y según indicaron desde el Ministerio de Géneros y Diversidad de la Nación, uno de los principales ejes de trabajo apuntan al fortalecimiento del desarrollo y la independencia económica de las mujeres y LGBTI+, clave para la prevención y la salida de los círculos de violencia por motivos de género. En ese sentido, desde el organismo informaron que se impulsan iniciativas como el Programa Nacional para la Igualdad de Géneros en el Trabajo, el Programa Registradas; el Programa Acompañar; el Programa Producir; el Programa Generar; el Programa Sembrar Igualdad; el Empleo y la Producción “Igualar”.