El campo vive una dramática situación. La sequía hizo que se perdieran hectáreas y hectáreas de cultivos, y su equivalente en materia económica, generando un efecto dominó negativo que también afectó a los tambos, ganado y exportaciones. Por esta razón, la Mesa de Enlace estuvo reunida con el ministro de Economía, Sergio Massa, y desde el Gobierno Nacional evalúan tomar medidas para intentar revertir la crítica situación.
Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina, estimó que “ya se perdió la mitad de la cosecha de trigo y que es probable de que se llegue a perder alrededor del 40 al 50% de la cosecha de maíz y de soja”. Y el número fue sorprendente: “ Se estima de que la pérdida podría ir de 15 a 20 mil millones de dólares“.
Achetoni dijo que si bien hubo lluvias en los últimos días, no alcanzaron para mitigar el efecto de la crisis. “Si bien en estos últimos días se han dado algunas precipitaciones, tanto en la cosecha de trigo como en la preparación de maíz y soja el efecto ha sido devastador, como así también en las pasturas y en las condiciones de la ganadería”.
Luego de la reunión con Massa, contó los pedidos realizados al ministro de Economía, a la espera de que se anuncien medidas el primero de febrero. “En lo inmediato, nosotros le pedíamos esa afectación impositiva, que haya refinanciación y una flexibilidad en cuanto a la materia crediticia para adelante”, ya que, debido a la situación, los productores no van a poder hacer frente a los vencimientos de créditos.
En tanto, Achetoni reclamó “medidas estructurales” para que el productor agropecuario “no quede a la deriva”. “Es paradójico, un mes antes está liquidando para ayudar al gobierno a que tenga divisas y al mes siguiente está pidiendo porque no tiene cómo continuar“, se quejó el representante de la Federación Agraria.
En otro pasaje de la entrevista, se refirió a la quita de retenciones y a la necesidad de tener un único tipo de cambio. “Yose lo dije a Massa, tenemos que ir hacia el retiro de las retenciones en un escalonamiento que permita que seamos un país parecido al resto de Latinoamérica, que no tiene retenciones”.
Y agregó: “Tenemos que buscar una unidad cambiaria única, porque si no esta diversidad ha hecho un flagelo más importante que las retenciones, porque compramos en dólares los insumos y después vendemos en pesos. La distorsión es tan fuerte que nos deja una delgada línea de rentabilidad que, cuando hay una situación de esta fragilidad económica, hace que salgamos del circuito“.